Precios inflacionarios en la industria farmacéutica global

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En Guatemala se impuso la insignificante multa de US$.20,000 a la industria multimillonaria de farmacias que venden medicamentos con altos porcentajes de descuentos. Este caso es uno más de cientos que tienen lugar en los países en vías de desarrollo.  Estudios que explican las razones por las cuales se paga más por medicamentos en países en vías de desarrollo han sido publicados y luego, ignorados por el Establishment.  Al centro de la discusión deberían de estar los criterios utilizados por la industria farmacéutica para establecer los precios de sus productos.  Empezando por acá se podría corregir errores elementales como los que pueden leer en la imagen de esta noticia publicada el día de hoy en el diario Prensa Libre titulado “Descuentos en medicinas no son reales“.

Los burócratas en esta nota aducen que “los descuentos no son reales” y por lo tanto piden al gobierno que legislé sobre los precios a los medicamentos con el establecimiento de controles.

Desafortunadamente, una legislación de control de precios no funcionará. Los descuentos son reales, existen, se aplican sobre un precio establecido según las reglas del mercado estipuladas por lo que existe en el mercado (oferta controlada por la industria farmacéutica global + oferta regulada por una grupos de lobby locales) y por lo que están dispuestos a pagar los consumidores (demanda) por estos productos que de “precios de libre mercado” tienen solamente el nombre.

Se puede hacer algo acaso para (rescatar) esta industria de las garras de las grandes corporaciones y permitir que los precios sean establecidos según las reglas del libre mercado?

Sí, la solución es sencilla pero relativamente imposible. El establecimiento de precios inflacionarios sobre industrias controladas por una pequeña elite capitalista en el pseudo “libre mercado global” es el resultado de que estas industrias estén protegidas por privilegios en los países desarrollados. Es allá, en el norte global donde los primeros pasos de nuestra solución se hayan. Destruye la raíz de los problemas y es muy difícil que la mala hierba vuelva a crecer.  Para esto es necesario comprender las razones por las cuales la postura neoclasica de considerar este tipo de problemas desde el punto de vista de “fluctuaciones en las reglas de la oferta y la demanda” es incompleto y no integra la complejidad de las sociedades de economías corporativistas y patrimonialistas en ausencia del de estado de derecho y/o en la existencia de economías mixtas que favorecen a grupos de interés.

Lo que la nota de este periódico muestra es lamentablemente el final de la cadena de malas decisiones económicas que existen en todas las industrias de nuestros estados naciones hoy en día.  Lo que hacen las empresas de venta minorista es una copia en pequeño de lo que acostumbran hacer las industrias farmacéuticas globales.

La estrategia de imponer precios artificiales a través de acuerdos corporativos globales que fueron inspirados en los precios de monopolio a la antigua usanza del estado-nación continúan y solamente se transforman en nuevas estrategias comerciales conforme la economía se ha ido integrando cada vez más.  Se ha incrementado controlando monopólicamente el mercado global y  distorsionando ‘efectivamente’ los precios para inducir precios inflacionarios.

La crítica y solución debe dirigirse a cuestionar el actual modelo de  economía política que rige y en cuestionar las condiciones del actual dominio del capital financiero corporativista, la  crisis estructural del capitalismo corporativista y la crisis ‘artificial con los controles de oferta y aumento de precios que continúan imponiendo las industrias globales de la provisión de energía y alimentos.

Ya ven como la única solución de este problema es sencilla pero casi imposible? O quizás se pueda solucionar más fácil de lo que pensábamos?